
Éxito apoteósico (la ironía se lee mal: debería escribir "rotundo
fracaso con pérdida de material") tratando de meter (sin ayuda) un
carrete en la Hasselblad, y por tanto, en mi vuelta a la fotografía
analógica.
Como dijo aquel, “No hay nada más caro que aprender".
En este caso, además del tiempo, diez euros cada carrete de doce fotos.
No sé yo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario