Te cambio un para siempre por un puñado de ahoras. Porque hay palabras que se agostan con sólo nombrarlas, hablemos nuestro lenguaje de vida. Ven, quítate los nudos y toma mi mano. Y así, entrelazadas, vamos a alcanzar la cima. Ahora, sí; ahora que el otoño ya se asoma.
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